4 El cementerio de los espectros sangrantes

Esta aventura sucede en el cementerio de la Almudena de Madrid, que posiblemente sea el más grande de Europa. Los Sin Miedo están preparando un trabajo juntos para Lengua, y acuden al cementerio para fotografiar la tumba de Galdós, el gran novelista español, que está allí enterrado.

Todo parece muy sencillo y normal. Pero nuestros amigos se olvidan de que en invierno anochece muy pronto, y que un cementerio tan gigantesco puede convertirse en un inmenso laberinto, del que no es fácil encontrar la salida, y mucho menos, casi a oscuras.

Cuando  llegan a la puerta lateral, por la que han entrado, descubren que está cerrada. Han de ir en busca de la principal para salir de allí, lo que significa que tendrá que cruzar todo ese cementerio, y atajar por donde pueden.

No es fácil orientarse por la noche. Cuanto más avanzan entre las lápidas y las cruces, más perdidos están. Llegan a la zona más primitiva del cementerio, donde todo son tumbas pequeñas de niños que murieron en una epidemia. Tumbas abandonadas, con piedras partidas, esculturas gastadas, matojos y..., de pronto, unos ojos que brillan en el fondo de la oscuridad de una de ellas. Los tres echan a correr sin preguntarse qué puede ser aquello.

Lo peor es cuando han de refugiarse en un enorme mausoleo, cuya puerta se abre nada más apoyarse en ella. Hace frío, sopla un viento inesperado en el interior de aquella especie de capilla llena de féretros, y notan unas gotas de sangre fresca...

Este el el primer libro de la serie que tiene  ilustraciones, unos dibujos en negro hechos por RedRose, que acompañan el comienzo de cada capítulo. Son tan sólo un detalle que sirve para crear la atmósfera que requiere esta historia que os podría suceder a cualquiera de vosotros.